1ª
actividad: El regalo de la alegría
Objetivo: Promover un clima de confianza personal,
de valoración de las personas y de estímulo positivo del grupo. Dar y recibir
un feedback positivo en ambiente grupal.
Materiales: Papel y bolígrafo, una sala con
pupitres según el número de los participantes y se desarrollará con un sólo
grupo o varios subgrupos de seis a diez personas; dispondrán de cinco minutos
de tiempo por participante.
Desarrollo:
1.
El animador forma los grupos y reparte el
papel.
2.
Luego, hace una breve presentación:
"Muchas veces apreciamos más un regalo pequeño que uno grande. Otras
muchas, estamos preocupados por no ser capaces de realizar cosas grandes y
dejamos de lado hacer cosas pequeñas aunque tendrían quizás un gran
significado. En la experiencia que sigue vamos a poder hacer un pequeño regalo
de alegría a cada miembro del grupo".
3.
El animador invita a los participantes a
que escriban cada uno un mensaje de este tipo a cada compañero de su subgrupo.
Mensaje que tienda a despertar en cada persona sentimientos positivos respecto
a sí mismo.
4.
El animador presenta sugerencias, procurando
animar a todos los que envíen un mensaje a cada miembro de su subgrupo, incluso
por aquellas personas por las que puedan no sentir gran simpatía. Respecto al
mensaje, debe ser muy concreto, especificado y ajustado hacia la persona a la que
va dirigido, y que no sea válido para cualquiera; que cada uno envíe mensaje a
todos, aunque alguno no le conozca a fondo, en todos podrá encontrar algo
positivo; procura decir a cada uno algo que hayas observado en el grupo, sus
mejores momentos, sus éxitos, y haz siempre la presentación de tu mensaje de un
modo personal; di al otro lo que tú encuentras en él que te hace ser más feliz.
5.
Los participantes pueden si quieren firmar.
6.
Escritos los mensajes, se doblan y se reúnen
en una caja, dejando los nombres a quienes se dirigen hacia fuera. Se dan a
cada uno sus mensajes.
7.
Cuando todos hayan leído sus mensajes, se
tiene una puesta en común con las reacciones de todos.
Dinámica : La Historia
Síntesis de la dinámica:
Es una dinámica pensada para reflexionar en
la manera que cambiamos un relato desde el momento en el que nos lo cuentan hasta
que lo contamos y en el impacto final que puede llegar a tener el relato tras
pasar por varias personas.
Para qué situaciones:
Para todo tipo de grupos. En especial para
aquellos en los que tienden a hablar y dar opiniones de manera espontánea e impulsiva
sin medir lo que puedan estar diciendo.
Qué intenta trabajar:
La comunicación entre individuos y a todos
los niveles. En la cuadrilla, en casa,
en el barrio, pueblo, los medios de comunicación.
Desarrollo :
Se elige una historia no muy larga pero
contada con bastantes detalles. Antes de sacar a la luz esta historia elegimos
4 o 5 voluntarios del grupo a los que sacamos de la sala en la que estemos a
excepción de uno. Sacamos la historia seleccionada y la leemos delante del
grupo y explicamos que el voluntario que se ha quedado en la sala será el
encargado de contar la historia al primer compañero. Éste se la deberá contar
al siguiente voluntario y así sucesivamente. Al final volveremos a leer la
historia para comparar lo que inicialmente se ha leído con lo que le ha llegado
al último voluntario.
Tiempo: 30 minutos
Materiales: la historia seleccionada.
Aspectos a tener en cuenta:
Para que este dinámica se desarrolle lo
mejor posible será mejor que tengamos un número de unas 7 o 8 personas en el grupo. Aunque podamos
bajar el número de voluntarios esto afectará a la deformación que sufrirá la
historia.
LA HISTORIA DEL
GRANJERO
Un
granjero en el oeste de Extremadura colocó un tejado delgado sobre su granero.
Poco después un viento huracanado lo hizo volar y cuando el granjero lo
encontró a veinte kilómetros , estaba doblado y encogido con imposible
reparación.
Un
amigo y un abogado le indicaron que la Compañía Ford de Automóviles le pagaría
un buen precio por la chatarra y el granjero decidió enviar el tejado a la
Compañía para ver cuanto podría sacar de él. Lo embaló en una gran caja de
madera y lo envió a Avilés, Asturias, poniendo claramente el remite para que la
Compañía Ford supiera dónde enviar el cheque.
Pasadas
doce semanas, el granjero no había oído nada de la Compañía Ford. Finalmente,
cuando estaba a punto de escribirles para averiguar lo que pasaba, recibió un
sobre de ellos. Decía así: “ No sabemos que chocó contra su coche pero lo
tendremos arreglado para el quince del siguiente mes”.