Bhramari es una práctica que tiene como principal objetivo inducir al practicante a un estado meditativo que le facilite la audición del sonido interno del Silencio Interior, Nada Anusandana. Es una práctica básica dentro del esquema del Nada Yoga, el Yoga del Sonido.
Escuchar interiormente el sonido de nuestra propia respiración resulta sumamente regenerador. Este pranayama calma las emociones. También elimina la ira o la ansiedad porque nos vuelve a conectar con la pulsación rítmica de nuestro propio Ser. La práctica regular incrementa al instante la sensación de bienestar.
1. Elige cualquier postura sentado que te resulte cómoda, como la Postura FácilSukhasana, la Postura Perfecta, Sidhasana, la Postura del Medio Loto, Ardha Padmasana o la del Loto Completo, Padmasana; o bien, siéntate en una silla. También puedes sentarte sobre los talones, con las rodillas dobladas y recogidas delante de ti. Cierra los párpados y relájate unos instantes.
2. Espira profundamente por ambas fosas nasales y, a continuación, realiza una inspiración yóguica completa. Retén la respiración con los pulmones llenos, aplicando jalandhara bandha y mula bandha. La retención ha de ser breve: unos cinco segundos. Luego deshaces los bandhas (primero mula bhanda y despuésjalandhara bandha).
3. Descansa los codos sobre las rodillas y tapona las orejas con las puntas de los dedos índices, introduciendo las puntas en los orificios de estos, hasta que notes que quedan herméticamente tapados. Los dedos quedan recogidos y relajados en la palma de la mano. Si tienes uñas largas, será mejor que presiones con los dedos pulgares sobre el trago (prominencia de la oreja, delante del conducto auditivo). Si optas por esta segunda opción, los dedos de la mano cierran los párpados, pero sin ejercer presión alguna sobre ellos.
4. Deja que la columna vertebral se estire y que el centro del corazón (chakra anahata) se sienta abierto sin que el pecho se levante de manera artificial. Mantén un buen grado de relajación en los hombros, el cuello y la cara durante toda la práctica. Cierra los ojos y lleva la atención hacia el interior, al vientre, el corazón, la garganta y, finalmente, la cabeza. Inspira poco a poco, hasta una plenitud cómoda. Cuando espires hazlo lenta y suavemente por la nariz, emitiendo un zumbido que nace en el paladar y que resulta similar al que hacen las abejas.
5. La boca siempre permanece cerrada y los dientes ligeramente separados. Emite el zumbido durante toda la espiración, intentando que sea uniforme, y con un volumen moderado. Tal vez quieras experimentar con diferentes tonos hasta que encuentres uno que te agrade; una vez conseguido no lo alteres, mantenlo todo el tiempo que puedas. La espiración durará aproximadamente unos treinta segundos. Dirige tu atención al zumbido. Permanece concentrado en el sonido, sintiendo la vibración que produce en el interior de la cabeza, en el cerebro. Observa la vibración en la cara, la garganta, el pecho y el resto del cuerpo.
6. Como ahora la espiración se habrá alargado de manera considerable, es importante inspirar sin prisas. No te precipites a la siguiente espiración; por el contrario, tómate tu tiempo para llenar lentamente los pulmones de aire.
7. Una inspiración y su correspondiente espiración constituyen una vuelta. Comienza practicando cinco o diez vueltas, o algunos minutos, e incrementa gradualmente el número. Si fuera necesario, realiza alguna respiración libre entre vuelta y vuelta, pero, si te es posible, realiza el ejercicio completo sin pausas intermedias.
8. Después de espirar, cuando hayas terminado, permanece sentado en silencio. Mantén los ojos cerrados. Notarás que las sensaciones de la vibración del sonido continúan en tu cuerpo durante un buen rato. No muevas ni un solo músculo; cuanto más quieto estés, mayor será tu poder de observación.
9. Los párpados están cerrados durante toda la práctica. Es una práctica deliciosa para realizar después de una sesión de Asanas. Es conveniente asegurarse de que las espiraciones sean largas, pero agradables. Descansa un poco si te mareas o te sientes aturdido. No sientas vergüenza por emitir sonidos: ayudan a la mente a concentrarse. Dice el Hatha Yoga Pradipika: “Con esta práctica uno se convierte en el rey de los yoguis y la mente se ve absorta en esta felicidad”. Piérdete en las vibraciones y disfruta del efecto calmante que esta respiración ejerce sobre la mente.
10. Bhramari Pranayama no presenta contraindicaciones, pero no debes forzar los pulmones, ni practicarlo tumbado sobre la espalda. Dentro de una secuencia dePranayama, Bhramari se realiza después de Kapalabhati y Nadi Shodhana pranayama, e inmediatamente antes de la meditación. Sus beneficios principales son:
- Disminuye la presión sanguínea
- Elimina la ansiedad y tranquiliza la mente
- Induce al estado meditativo y la percepción del sonido interno, Nada Anusandana
- Activa Anahata Chakra